(SOS).- Se trata del enésimo ataque químico de la guerra en Siria. El enésimo ataque que quedará sin castigo. Son al menos 100 las personas asesinadas el sábado en Duma, el último bastión extremista de Guta Oriental, pero el número podría aumentar.
Desde hace algún tiempo se hablaba de un posible ataque con armas no convencionales, pero organizado por los mal llamados rebeldes.
El Ministro de Defensa ruso había advertido repetidamente que algunas facciones yihadistas estaban organizando un ataque químico para culpar al Gobierno sirio. ¿Una paranoia que se ha convertido en realidad? Imposible decirlo.
Fuentes hostiles a las autoridades de Damasco, como el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, culparon directamente al presidente Bashar al Assad. Una hipótesis como cualquier otra en esta guerra donde todo es posible pero nada es verificable.
Tras la noticia del ataque químico, la portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Heather Nauert, dijo ayer que «si se confirman, estas informaciones son horribles y exigen una respuesta inmediata de la comunidad internacional».
Nauert subrayó que Rusia, como aliado de Siria, «es responsable en última instancia de estos brutales ataques».
Sin embargo, el Ejército ruso desmintió las denuncias. Se trata de «acusaciones fabricadas», aseguró el teniente general Yuri Yevtushenko.
«Una vez sea liberada la ciudad de Duma de los milicianos, nos declaramos dispuestos a enviar inmediatamente a nuestros especialistas», añadió el jefe del Centro de Reconciliación ruso en Siria, quien indicó además que sus expertos en radiaciones químicas y biológicas «recogerán datos que confirmarán que esas declaraciones son fabricadas».
«El objetivo de estas falsas conjeturas, totalmente infundadas, es proteger a los terroristas y a la oposición radical que rechaza un arreglo político y, al mismo tiempo, intentar justificar posibles ataque militares desde el exterior», destacó la Cancillería rusa en un comunicado.
La respuesta no se hizo esperar. Un ataque con misiles causó en la madrugada de este lunes 14 muertos en la base aérea T4, próxima a Palmira, según informaron medios de comunicación sirios, que responsabilizaron en un primer momento a Estados Unidos del bombardeo.
El Pentágono negó haber llevado a cabo ninguna operación militar en Siria «por ahora», a pesar de la amenaza del presidente Donald Trump de golpear a las autoridades de Damasco por el presunto ataque químico registrado el sábado en Duma.
Moscú acusó finalmente de la operación a Israel, que ya había atacado el mismo aeródromo militar el pasado mes de febrero, en represalia por la infiltración de un dron en su espacio aéreo.
«Dos F-15 de Israel atacaron la base entre las 3.25 y las 3.53 con ocho misiles de crucero disparados desde el espacio aéreo libanés, sin llegar a entrar en el espacio sirio. Cinco de los misiles fueron interceptados por la defensa aérea siria, pero los tres restantes impactaron en la base», señaló el Ministerio de Defensa ruso.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, aseveró hoy que el ataque supone «un paso muy peligroso». «Espero al menos que así lo entiendan Estados Unidos y aquellos países que participan en la coalición que encabeza», advirtió en una conferencia de prensa en Moscú.
«Nuestros expertos militares que han visitado el lugar del ataque en Duma no han hallado restos de gas de cloro ni de ninguna otra sustancia química utilizada contra civiles», concluyó.
Por su parte, el Gobierno sirio negó rotundamente el ataque con armas no convencionales y afirmó que es «el mismo cuento aburrido».
«Las denuncias del uso de sustancias químicas en Duma son un intento de impedir el avance del Ejército», insistió.
Sin ninguna confirmación independiente hasta ahora del ataque con armamento letal prohibido, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, vinculada a la ONU, ya está investigando los hechos.
Sin esperar a los resultados, Trump ha dado por hecha de nuevo la responsabilidad de las autoridades de Damasco.
La historia de los ataques con sustancias químicas en Siria nos enseña una cosa: debemos ser cautos al señalar a los culpables.
Vimos esto con el ataque de 2013 en Guta y, finalmente, con el de Jan Sheijun, cuyo aniversario transcurrió tranquilamente unos días atrás.
En ambos casos, el primero en ser acusado fue el propio Bashar al Assad. El tiempo y algunas valientes investigaciones periodísticas han demostrado que la realidad era diferente.
Los ataques químicos en esta guerra a menudo se han usado como una línea roja que no hay que cruzar. Sucedió en 2013 y luego en 2017. En ambos casos, Al Assad tuvo más desventajas que ganancias con este tipo de acciones.
Supongamos por un momento que el presidente sirio haya usando armas químicas en Duma. ¿Cuáles son los pros? En Guta Oriental, el Gobierno sirio ha ganado y eliminado a la mayoría de los extremistas en poco más de un mes. Los únicos que quedan son los yihadistas de Jaish al Islam. ¿De qué sirve usar armas químicas cuando has ganado no solo una batalla sino ahora también la guerra? De nada.
Si el Ejército Árabe Sirio realmente hubiera usado armas químicas, además de una gran masacre, habría cometido un grave error estratégico.
No se sabe con certeza quién llevó a cabo esta acción salvaje. Es difícil echarle la culpa al Gobierno o a las facciones armadas sin caer en la propaganda de unos u otros.
Los hechos ocurridos en estos años son numerosos y no es fácil tener certezas. La única, que nos gustaría subrayar, es que no solo Bashar al Assad posee armas químicas. Y, al menos sobre el papel, las eliminó todas en 2013.
En el caos sirio, fruto primero de la guerra y luego de la expansión de las huestes del Estado Islámico, cualquiera tiene depósitos de armas químicas. Es el caso del Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria, y el de otras facciones yihadistas.
En los túneles excavados por los terroristas de Guta se ha encontrado de todo: cargas de mortero, mapas del centro de Damasco y también materiales para preparar armas químicas. En un vídeo publicado por Sama TV el pasado 4 de abril, se aprecian diferentes materiales, incluido el cloro proveniente de Alemania, para producir armas no convencionales.
En multitud de ocasiones, los mal llamados rebeldes han usado armas químicas en Siria. La lista es muy larga. Pero por poner solo un ejemplo, el grupo Jaish al Islam, la misma facción armada que controla hoy la ciudad de Duma, usó el 8 de abril de 2016 un gas contra los kurdos en Alepo. Los expertos dicen que quizás se tratara de Sarin.
¿Quién usó el gas en Duma? Nadie puede decirlo con certeza hoy. Y tal vez ni siquiera mañana.
Ciertamente, cuando se trata de armas químicas en Siria, es bueno ser extremadamente prudente.
El Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto reunirse de urgencia este mismo lunes para analizar la situación en Siria, tras el presunto ataque químico.
Tanto las autoridades sirias como Rusia e Irán han negado el uso de armas prohibidas en Duma.
Los países occidentales están recopilando imágenes por satélite, vídeos y testimonios de las víctimas para presentarlos como prueba ante Naciones Unidas.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y Trump intercambiaron información el domingo para confirmar el uso de armas químicas en Siria y coordinar sus acciones en la reunión del Consejo de Seguridad, según informó el palacio del Elíseo en un comunicado.
(Fuente: Gli Occhi della Guerra / Agencias)