Los ataques aéreos turcos destruyen un sitio arqueológico cristiano en el norte de Siria

(SOS).- Las autoridades sirias denunciaron este jueves la destrucción por aviones turcos del sitio arqueológico de Barad, reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO y donde se encuentra la tumba de san Marón.

El director de la Dirección General de Antigüedades y Museos de Siria, Mahmud Hamud, explicó en un comunicado que el bombardeo turco destruyó varios monumentos de Barad, como el sepulcro de san Marón y la iglesia de Julianus, una de las más antiguas del mundo, construida hacia el siglo IV d.C.

Hamud añadió que también han sido dañados varios templos y monasterios de la época bizantina, así como una casa, unas termas y tumbas de los siglos II y III d.C.

El responsable de las antigüedades sirias recordó que la tumba de san Marón (se desconoce su fecha de nacimiento pero se sabe que murió en 410 d.C.), padre de la Iglesia Maronita, fue descubierta en Barad en 2002 por una misión arqueológica francesa.

Barad es uno de los pueblos antiguos del norte de Siria, que se extienden entre las provincias septentrionales de Idlib y Alepo, incluidos en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Hamud destacó que este ataque turco se produce después de la destrucción de varios lugares arqueológicos, como el templo de Ain Dara, Deir Mishmish y Al Nabi Huri por las fuerzas turcas en el enclave de Afrin.

Barad está a 15 kilómetros de la región de Afrin, controlada por el Ejército turco y facciones rebeldes pro Ankara.

Las Fuerzas Armadas turcas y sus aliados habían tomado el santuario de san Marón, en Barad, tras los combates contra milicias progubernamentales sirias, según informaron ayer fuentes locales.

El domingo, las tropas turcas y los rebeldes se hicieron con el dominio de la ciudad de Afrin, en la región homónima, tras la retirada de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG).

El pasado 20 de enero, Turquía inició la operación Rama de Olivo en el enclave de Afrin, que estaba controlado por las YPG, a las que el Gobierno turco considera terroristas por sus vínculos con la guerrilla kurda activa en su territorio, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anunció el lunes que las fuerzas de su país continuarán la ofensiva militar en otras partes del norte de Siria, e incluso en Irak, tras conquistar Afrin.

(Fuente: Agencias)

Siria pide que la coalición estadounidense pague por la destrucción de las infraestructuras del país

(SOS).- El Gobierno sirio ha reclamado ante la ONU que la «coalición ilegítima» liderada por Estados Unidos ponga fin a sus bombardeos y pague por la destrucción causada en las infraestructuras del país.

En una carta dirigida al secretario general y al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), la misión permanente de Siria ante el organismo internacional ha denunciado la destrucción del país y ha demandado el fin de los ataques aéreos de “la coalición internacional ilegitima” en territorio sirio.

Según reportan diferentes agencias, el Gobierno de Damasco desea que Estados Unidos y sus aliados paguen por la destrucción de la infraestructuras sirias y que carguen con la responsabilidad por bombardear “ilegítimamente” objetivos civiles.

La misiva expresa que la coalición “continúa cobrándose las vidas de cientos de inocentes civiles sirios” con sus ataques aéreos no autorizados por Damasco, y menciona, entre otros, el bombardeo del 27 de mayo que destruyó “completamente” muchos hogares y mató a varios civiles, “la mayoría de ellos niños”.

También hace referencia a las sanciones impuestas contra Siria por la comunidad internacional y señala: “los ataques de la denominada coalición internacional, junto con las medidas económicas ilegales, de carácter unilateral y coercitivo, impuestas a la República Árabe Siria por los Estados Unidos de América, la Unión Europea y otros Estados están entorpeciendo el mantenimiento de esas instalaciones, de gran valor económico, y amenazando las perspectivas de desarrollo y reconstrucción en la República Árabe Siria”.

El documento concluye manifestando que “el Gobierno insiste en que esos ataques deben cesar y en que los miembros de esta coalición ilegítima deben asumir la responsabilidad política y jurídica por la destrucción de infraestructuras en la República Árabe Siria, incluidas las indemnizaciones pertinentes”.

La carta, con fecha del 12 de julio, se ha difundido después de que la coalición internacional anunciara este viernes la demolición en varias partes de Siria de instalaciones de gas y petróleo, que según afirma pertenecían al Estado Islámico.

(Fuente: Agencias)

Alepo: el Ejército sirio avanza en los barrios rebeldes. La tragedia de los civiles que huyen

Alepo (AsiaNews).- En las últimas 48 horas, por lo menos 4 mil civiles han huido de Alepo este al oeste, en el sector occidental bajo el control del gobierno. Y todos ellos cuentan las mismas historias, que ningún oído humano va a querer escuchar. Son historias de destrucción, escombros, hambre, falta de medicamentos, terror y la prohibición absoluta por parte de los fundamentalistas islámicos para salir, para escapar o simplemente ponerse a cubierto. Ante los micrófonos de la enviada de la televisión estatal siria, todos los fugitivos dijeron ser utilizados «como escudos humanos».

En el sector oriental de Alepo, la segunda ciudad más grande del país, hace un tiempo capital económica y comercial, las zonas controladas por los rebeldes (y grupos yihadistas) se han convertido en una enorme prisión para los civiles. Y sólo hay 20 médicos para una población de alrededor de 250 mil personas.

Una señora, entre lágrimas, dijo que los niños son los más afectados y que «la infancia está muerta en Alepo este». Añadió que la gente no tiene más lágrimas que derramar y «ahora deberán volver a vivir, pero no saben por dónde empezar a hacerlo».

Alepo es la ciudad mártir por excelencia. No hay una ciudad en la historia moderna que haya conocido durante tanto tiempo un destino de sufrimiento, de cerco, de bombardeos cruzados, en un contexto de indiferencia absoluta, excepto unas pocas (y tímidas) excepciones, por parte del mundo. Una realidad de escombros, de personas privadas de su humanidad, de los requisitos mínimos de dignidad y derechos.

Mientras se están intercambiando acusaciones sobre la responsabilidad de estos hechos, las víctimas no quieren saber quién es el culpable; lo que quieren es que esto termine tan pronto como sea posible. No pueden entender cómo una parte del mundo puede apoyar a los terroristas, quienes les han segregado y obligado a permanecer bajo las bombas, usándolos como escudos humanos. Al mismo tiempo, no logran entender cómo otra parte del mundo puede apoyar a los que les bombardean para liberarlos de sus captores.

Sin duda, ellos están pagando el precio más alto en términos de vidas humanas y destrucción, en heridas y privación, miseria, frío, hambre y dolor.

Un usuario escribió recientemente en una página de Facebook creada precisamente para apoyar a las personas desplazadas en el interior de la ciudad: «Alepo y su martirio permanecerán para siempre como una mancha indeleble en la conciencia de la humanidad. Como el lugar donde la solidaridad ha sido enterrada, donde la humanidad está muerta, donde todas las consignas de libertad y los derechos humanos han perdido su significado, y donde surgen por lo que se han convertido: palabras vacías, espejismo, ilusión».

En Alepo Oeste, la solidaridad está en su punto más alto entre la gente común, las organizaciones de la sociedad civil y las organizaciones benéficas. Cristianos y musulmanes, todos sin distinción, colaboran con el gobierno para dar una acogida digna a los hermanos salvados del infierno.

En Hananu, en el sector oriental, la lucha ha sido feroz; los militantes islámicos en la zona se han replegado hacia el sur. La televisión estatal siria ha transmitido grabaciones de las conversaciones que tuvieron lugar entre los fundamentalistas a la fuga, que traicionan su estado de «colapso».

En los archivos de audio surgen acusaciones e insultos intercambiados entre las diversas facciones yihadistas, con sonidos especialmente dirigidos a las facciones pro-turcas. En una grabación surgen duras acusaciones contra «los que se han retirado al interior septentrional, a cambio de 250 dólares cada uno». Sin embargo, cualquiera que mire a un mapa se da cuenta de que el este de Alepo está completamente rodeado y que ningún combatiente tiene forma de escapar. A menos que, de ser cierto lo que se dijo en las grabaciones, haya una manera de salir no declarada alentada por parte del gobierno.

Lo que está ocurriendo en Alepo este no es una derrota, no es una retirada sino un verdadero colapso de las fuerzas de resistencia fundamentalistas, que ahora ya no tienen una salida. Una situación que se ha agravado especialmente después de la caída del distrito de Hay el Sekhour, ahora bajo el control del Ejército sirio según ha confirmado la agencia de noticias oficial Sana.

Según fuentes fidedignas, los combatientes turcomanos habían salido de la ciudad para unirse y luchar junto al ejército turco en la operación «Escudo del Éufrates», que ha permitido a Ankara invadir una zona de Alepo.

El ejército turco pretende ocupar el Bab, para después lanzar un ataque a Membej; la fuerza aérea siria ha evitado, sin embargo, esta avanzada, bombardenado la semana pasada por primera vez las fuerzas de ocupación turcas en territorio sirio. En la incursión murieron tres soldados de Ankara, en una clara advertencia de Damasco, y por consiguiente también de Moscú, sobre los límites más allá de los cuales el avance de los turcos podría conducir a una guerra abierta entre Damasco, Teherán, Moscú y Ankara.

Solo aquellos que caminan en tinieblas ven algún día las estrellas (Primera Parte)

Muy intensas son las vivencias que se experimentan en un lugar de misión donde se vive en guerra, a veces es difícil consignarlas. Uno se adapta a las nuevas circunstancias de la vida y obra cotidianamente según una serie de pautas que pasan a ser parte de nuestra vida, pero que no son “normales”.

Muchas veces nuestros hermanos religiosos y superiores nos han dicho: ‘Uds. se acostumbran a eso, pero nosotros escuchamos solamente la palabra bomba y nos estremecemos’. O también: ‘ustedes están acostumbrados a decir por ejemplo la palabra “túnel”, pero nosotros no sabemos lo que significa para Uds., hay muchos que ni se imaginan cómo puede ser un túnel y para que lo usan allí. Podrían escribir una crónica contando solamente lo que es un túnel en un lugar como en el que Uds. viven’. Mirando las cosas desde afuera también nosotros tomamos conciencia de esa realidad que vivimos y “que no es normal”.

Les transmitimos pues que es lo que vemos, lo que oímos, lo que hacemos en un país en guerra, para que puedan entender mejor lo que vive la gente de aquí.

siria24

1. Lo que se ve en la calle

Prácticamente no ha quedado nada de lo que fue la pintoresca Alepo: una gran ciudad llena de movimiento, embellecida por sus monumentos, testigos de la rica historia de la ciudad; con una ciudad universitaria pobladísima, incluso con estudiantes venidos desde fuera de Siria. Con calles despejadas, cuidadosamente conservadas, pequeñas plazas y parques en medio de la ciudad. Todo el conjunto hacía de la legendaria ciudad un centro de atracción turística, una ciudad pujante, con la vitalidad de una juventud llena de ilusiones, que se prepara con ansias para concretar sus proyectos de vida en un futuro cercano.

Pero la oscura sombra de la guerra cubrió también el cielo nítido de Alepo. ¿Y qué ha quedado de todo aquello?

Al salir a la calle, lo primero que impacta es la cantidad de controles militares. Cada dos o tres cuadras hay un pequeño puesto con un puñado de soldados armados. Cada puesto esta señalizado: un pequeño refugio precedido de pilas de neumáticos a modo de trincheras, alambres de púa, grandes piedras cerrando las calles, para delimitar los territorios e indicando zonas tomadas por donde no se puede transitar, la bandera del país flameando esbelta en lo alto.
Nos hemos habituado a ver este espectáculo en las calles de Alepo, “pero no es normal”.

Las calles se han visto pobladas de niños pidiendo limosna, de largas filas de gente que acude a lugares públicos y esperan el turno para llenar sus bidones con agua, pues, en el mejor de los casos el agua llega una vez por semana, unas pocas horas.

¿Qué ha quedado de todo aquello? Prácticamente no ha quedado sino algún que otro rasgo de la pintoresca ciudad, pero permanece la esperanza de su gente. Permanece en los corazones la esperanza de aquel día en que retorne a esta ciudad la paz y la armonía; día en que sea devuelta la sonrisa al rostro de sus niños, día en que su gente se vea libre del miedo y de la tristeza de haber perdido todo.

Día, en que por fin tengan cumplimento aquellas palabras pondré paz en tus fronteras. Día en que los hombres no pongan obstáculo a la voluntad de Dios, que es un Dios de Paz (Is 9,5 Rom 15,33 1Tes 5,23 Flp 4,7). Es verdad que las tinieblas de la guerra cubrieron el cielo de Alepo, pero también es verdad que solo aquellos que caminan en tinieblas ven algún día las estrellas. Esperamos todos el día en que apagado el fuego de las armas y silenciado el estruendo de la violencia podamos contemplar las estrellas que preludian la paz.

Continuará….

Misioneros en Alepo