Iván de Vargas (SOS).- Las conversaciones de Astaná empezaron ayer con la participación de las delegaciones del Gobierno sirio y los grupos armados rebeldes, los dos países patrocinadores (Rusia y Turquía), una delegación iraní, el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, y la presencia del embajador estadounidense en Kazajistán, George A. Krol.
La primera jornada de diálogo concluyó el lunes después de varios cruces de acusaciones entre los dos bandos enfrentados. La reunión, que duró apenas dos días y se celebró a puerta cerrada, finalizó esta mañana.
Rusia, Turquía e Irán manifestaron en un comunicado conjunto su intención de crear un mecanismo para supervisar el cumplimiento del alto el fuego como resultado de las negociaciones de paz en la capital de Kazajistán.
Además, las tres potencias apoyaron la nueva ronda de conversaciones del próximo 8 de febrero en Ginebra entre ambos bandos, auspiciada por la ONU. La novedad es que aceptarán la presencia de las milicias armadas en esa cumbre.
El ministro de Asuntos Exteriores de Kazajistán, Kairat Abdrajmenov, que se encargó de leer el comunicado, subrayó que rusos, turcos e iraníes se comprometieron a combatir conjuntamente al Estado Islámico (Daesh, por su acrónimo en árabe) y al Frente al Nusra, así como a intensificar sus esfuerzos para separar a los rebeldes sirios de los grupos terroristas.
El presidente de la delegación de la República Árabe Siria, Bashar al-Jaafari, señaló en un encuentro con la prensa que el Gobierno “se esfuerza para poner coto a la guerra terrorista librada contra el pueblo sirio”. En este sentido, Al Jaafari aseveró que el Ejército está librando una batalla contra los grupos terroristas para liberar el territorio sirio ocupado y proteger a los civiles.
Por su parte, los grupos armados rebeldes aseguraron que el comunicado final reforzará el alto el fuego pero se negaron a suscribir la declaración, al igual que el Gobierno sirio.“Esta vez es Rusia quien insiste en aplicar el alto el fuego y va a tener éxito, especialmente gracias a su cooperación con Turquía”, afirmó el vicepresidente de la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria (CNFORS), Bashar Abdul Hakim.
Un motivo fundamental por el cual los rebeldes no suscribieron la declaración final de Astaná es su exigencia de que las milicias extranjeras respaldas por Irán salgan del país. “Debe haber un esfuerzo internacional para echar a las milicias extrajeras”, indicó Mohamed Alloush, líder del Ejército del Islam y el más destacado miembro de las fuerzas rebeldes que acudió a Astaná. “En lo que se refiere a la tregua, asumimos las obligaciones conforme al acuerdo del 30 de diciembre”, añadió Alloush.
El portavoz del Ejército Libre Sirio (ELS), Osama Abu Zeid, ya había destacado el lunes que “el éxito de esas conversaciones, que no son directas, está en manos de los dos países garantes: Turquía y Rusia”. “Si logran aplicar lo que han prometido, vamos a tener éxito y espero que Rusia pueda obligar a respetar el alto el fuego”, expresó.
Rusia también redactó y transmitió a los rebeldes un proyecto de Constitución para Siria, según anunció hoy mismo el enviado especial del presidente Vladimir Putin para ese país, Alexandre Lavrentiev, al término de los conversaciones.
“Hemos enviado a la oposición armada un proyecto de constitución siria redactado por los especialistas rusos, a fin de acelerar el proceso”, declaró Lavrentiev.
“Los opositores sirios se dieron cuenta de que Rusia no es su enemigo, que es mejor establecer buenas relaciones con Moscú y aprovechar la disposición que les mostramos”, apuntó el enviado especial de Putin.
A su vez, el enviado del secretario general de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, alabó el “coraje político” del Gobierno sirio y de los grupos armados rebeldes por sentarse en la misma mesa de negociaciones en Astaná.
“Hay que tener coraje político para sentarse en la misma habitación y escuchar las demandas del otro”, dijo De Mistura en una rueda de prensa.
En el hotel donde tuvo lugar el encuentro, el enviado especial de la ONU para Siria reconoció que él es “optimista” acerca de los resultados del diálogo.
Esta es la primera vez que Astaná acoge unas conversaciones entre los rebeldes y el Gobierno sirio, aunque ya se celebraron tres rondas en Ginebra, entre los años 2012 y 2016, sin llegar a una solución para el conflicto.
El objetivo de esta reunión fue reforzar el alto el fuego que entró en vigor en Siria el pasado 30 de diciembre, para poder acudir a las negociaciones de Ginebra del 8 de febrero e iniciar una transición política en el país árabe.
(Fuente: Agencias)